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PROFECIA DE LOS GUERREROS(AS) DEL ARCO IRIS

​Narración de Lelanie Fuller Stone, Mujer Cherokee,  historia que su abuela le contó cuando niña.



 

 

 

 

 

"Llegará el día en que algunas personas despierten de su letargo para forjar un Mundo Nuevo de justicia, de paz, de libertad y de respeto por el Gran Espíritu.

Los Guerreros del Arcoiris transmitirán el mensaje, para difundir sus conocimientos a los habitantes de la Tierra, a los habitantes de Elohi.

Ellos enseñarán avivir como vive el Gran Espíritu, y mostrarán cómo ese mundo futuro se ha alejado del Gran Espíritu y por qué razón se encontrará tan enfermo.

Los Guerreros del Arcoiris le enseñarán a la gente que este Ser Ancestral, el Gran Espíritu, es un ser de amor y comprensión, mostrarán cómo devolverle a la Tierra, a Elohi, toda su belleza.

Estos Guerreros del Arcoiris proporcionarán a la gente los principios y reglas para hacer una vida acorde con el mundo.

Estos principios serán los mismos principios que seguían los pueblos del pasado.

Los Guerreros del Arcoiris le enseñarán a la gente los viejos hábitos de la unidad, del amor y de la comprensión. Y enseñarán por los cinco rincones de la Tierra cómo alcanzar la armonía entre las personas.

Le enseñarán a la gente cómo orar al Gran Espíritu de la misma manera como lo hacían los pueblos del pasado, dejando que el amor fluya como las hermosas corrientes que descienden de las montañas, por cauces que las llevan a unirse con el océano mismo de la vida.

Y una vez más renacerá la alegría de estar en compañía como también en la soledad.

Estarán libres de envidias mezquinas, y amarán a sus semejantes como a sus hermanos, sin importar el color de su piel, su raza o su religión.

Sentirán cómo la felicidad inunda sus corazones mientras se vuelven cada uno con el resto de la creación.

Sus corazones serán puros e irradiarán calidez, comprensión y respeto por la humanidad, por la naturaleza y por el Gran Espíritu.

Y una vez más colmarán sus mentes, sus corazones, sus almas y sus actos de los pensamientos más puros, para así aspirar a la magnificencia del Maestro de la Vida, ¡el Gran Espíritu!

Hallarán la fortaleza que se oculta en la belleza de una oración y en los momentos de soledad de la vida.

Y sus hijos nuevamente podrán correr libres y disfrutar los tesoros de la Naturaleza y de la Madre Tierra, libres de venenos y de la destrucción generada por el Yo-ne-gi y sus prácticas codiciosas.

Los ríos fluirán limpios otra vez, los bosques serán abundantes y llenos de hermosura, y otra vez habrá aves y animales sin número.

Nuevamente se respetarán los poderes del planeta y de los animales, y la conservación de todas las cosas bellas se convertirá en una forma de vivir.

El pobre, el enfermo y el necesitado recibirán cuidados de sus hermanos y hermanas de toda la Tierra. Y estas prácticas serán de nueva cuenta parte de sus vidas cotidianas.

Los líderes de los pueblos volverán a ser elegidos a la vieja usanza... no por el grupo político al que pertenezcan, ni porque griten más fuerte o presuman más, tampoco por un proceso de intercambio de insultos o acusaciones mutuas; serán elegidos aquellos cuyas acciones digan más que sus palabras.

Serán elegidos como Líderes o Jefes aquellos que den muestras de su amor, su sabiduría y su valor, que hayan sido capaces de actuar por el bien de todos.

Serán elegidos por sus cualidades, no por la cantidad de dinero que posean.

Y al igual que los Jefes devotos y considerados de la antigüedad, usarán su amor para entender a la gente y para asegurarse de que sus niños y jóvenes sean educados en el amor, en el trabajo y en el conocimiento de su entorno.

Les mostrarán que los milagros pueden hacerse realidad para curar a este mundo de todos sus males, devolverle la salud y la belleza que antes tuvo.

Las tareas que les esperan a los Guerreros del Arcoiris serán muchas y mayúsculas.

Habrá enormes montañas de ignorancia que será necesario vencer; se enfrentarán contra prejuicios y odio.

Tendrán que ser dedicados, firmes en su fortaleza y tenaces de corazón.

Porque en su camino hallarán mentes y corazones dispuestos a seguirlos en esta senda que le devolverá a la Madre Tierra toda su belleza y su plenitud.

Ese día llegará pronto, ya no está lejos.

Llegará el día en que nos demos cuenta de que todo lo que somos, nuestra existencia misma, se la debemos a las gentes que han reservado su cultura y su herencia, a esas personas que han mantenido con vida los rituales, las historias, las leyendas y los mitos.

Y será gracias a este conocimiento que ellos han preservado, como volveremos a estar otra vez en armonía con la Naturaleza, con la Madre Tierra y con la humanidad misma.

Y descubriremos que este conocimiento es nuestra clave para la supervivencia.

Éstos serán los Guerreros del Arco iris, y ésta es la razón que me impulsa a proteger la cultura, la herencia y los conocimientos de mis antepasados.

Sé bien que el día del que hablaba Ojos de Fuego está por venir.

Y quiero que mis hijos y mis nietos estén preparados para aceptar esta misión: la misión deconvertirse en un Guerrero del Arco iris".



 

 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comunicados e Historias

CONSEJO INTERNACIONAL DE LAS TRECE ABUELAS INDÍGENAS 

En Octubre de 2004 trece abuelas indígenas procedentes de diversos lugares del planeta se reunieron cerca de Nueva York. Asistieron allí en respuesta a las señales que indicaban que había llegado el momento anunciado en antiguas profecías comunes a todos sus pueblos. Estas profecías decían que llegaría un tiempo en que ellas serían llamadas a unirse para salvar a la Madre Tierra y todos sus hijos. En ese esperanzado encuentro ellas crearon el "Consejo Internacional de las 13 Abuelas Indígenas".
































"Somos 13 abuelas indígenas. Venimos de la selva Amazónica, del Círculo Polar Ártico de Norte América, del gran bosque del noroeste americano, de las vastas planicies de Norte América, de los altiplanos de América Central, de las Blacks Hills del sur de Dakota, de las montañas de Oaxaca, del desierto del sudoeste de América, de las montañas del Tibet y de la selva de África Central.
Afirmando nuestras relaciones con la medicina tradicional y con las comunidades de todo el mundo, hemos sido reunidas por la visión común de formar una nueva alianza global.

Nosotras somos el "Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas". Nos hemos unido como una sola mujer en una alianza de oración, educación y sanación para la Madre Tierra. Trabajamos por todos sus habitantes y por todos los niños de las próximas siete generaciones.

Estamos profundamente horrorizadas por la destrucción sin precedente de la Madre Tierra, por la contaminación del aire, agua y suelo; por las atrocidades de la guerra, el azote global de la pobreza, la amenaza de las bombas nucleares, el derroche de la prevaleciente cultura del materialismo, las epidemias que amenazan la salud de los seres de la Tierra, la explotación de las medicinas indígenas, y la destrucción de nuestros modos de vida.

Nosotras, el Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas, creemos que nuestras maneras pacíficas de gestión y modos ancestrales de oración y sanación son vitalmente necesarios hoy.
Nos hemos unido para nutrir, educar y formar a nuestros niños. Para defender la práctica de nuestras ceremonias y declarar públicamente nuestro derecho a usar nuestras plantas medicinales libres de restricción legal. Nos hemos unido para proteger las tierras donde nuestras gentes viven y de la que dependen nuestras culturas, para salvaguardar la herencia colectiva de las medicinas tradicionales. En resumen, para defender la Tierra misma. Creemos que las enseñanzas de nuestros ancestros iluminarán el camino por este futuro incierto.

Nos unimos con todos aquellos que honran al Espíritu, con todos aquellos que trabajan y oran por nuestros niños, por la paz mundial, y por la sanación de la nuestra Madre Tierra.

Por todas nuestras relaciones."

Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas

 



 

 



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